¡Lo cazaron! Asesinan a policía en plena feria por detener a narcomenudistas

Ejecutan a balazos al policía Osmar en Matzaco: habría sido una venganza narca tras detener a narcomenudistas

🕯️ Vendetta en Matzaco: lo cazaron entre feria y pólvora, por hacer su trabajo

Mientras las luces de la Feria del Elote en Matzaco, Izúcar de Matamoros, aún titilaban en el aire, el eco de los aplausos se convirtió en ráfagas de fuego.

Osmar Manuel Rossano Cruz, un policía municipal comprometido con su deber, fue emboscado y asesinado a balazos en su propia tierra, aparentemente por venganza, tras participar en la detención de narcomenudistas locales.

Policía Osmar fue asesinado en plena feria en Matzaco, Izúcar.
Se sospecha que su ejecución fue una vendetta por detener a narcomenudistas.
Fue emboscado cuando la mayoría de los asistentes se retiraban del evento.
Había recibido amenazas previas, pero no dejó de cumplir con su deber.
Fue homenajeado con una guardia de honor por su valor y entrega.

🔫 Cacería a plena luz en su propio pueblo

La Fiscalía General del Estado (FGE) confirmó que la línea principal de investigación es el ajuste de cuentas, tras un operativo en el que Osmar participó el jueves anterior, logrando la detención de varios sujetos relacionados con el narcomenudeo en la región.

Los asesinos lo conocían. Lo esperaron. Lo ejecutaron.

Lo interceptaron cuando la feria se apagaba, cuando los cohetes daban paso al silencio y las familias comenzaban a retirarse. Era el momento perfecto: el oficial estaba solo, y ellos sabían exactamente quién era y qué había hecho.

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🕊️ Aplausos, sirenas y un grito colectivo por justicia

Este martes, las sirenas no anunciaban peligro, sino luto. El cortejo fúnebre recorrió las calles de Izúcar acompañado de patrullas encendidas, aplausos y el clamor de un pueblo que exige justicia.

Aunque Osmar no fue asesinado en servicio directo, su muerte es indiscutiblemente una consecuencia de su compromiso con la ley.

📉 Una región en alerta: la Mixteca, en manos del crimen

La Mixteca baja, donde se ubica Matzaco, ha sido señalada como zona de operación de células criminales. La ejecución de Osmar no es un caso aislado, sino parte de un patrón alarmante donde las balas silencian a quienes se atreven a cumplir la ley.

El asesinato de Osmar no solo es una tragedia, es una advertencia. ¿Cuántos policías honestos deben morir para que el Estado reconozca que el crimen organizado no respeta fronteras ni ferias?

Hoy fue Osmar. Mañana puede ser cualquiera que se atreva a hacer lo correcto.