Isaías tenía apenas la edad en la que los niños deberían soñar, no sobrevivir.
Entre charolas de gelatina y jornadas bajo el sol en el Mercado Independencia, este pequeño se convirtió en símbolo de lucha, pero también de abandono. Durante un mes, su rostro empapeló redes sociales y postes en Puebla. Nadie sabía dónde estaba. Nadie imaginó que su escape tenía nombre y apellido: José Manuel N., su propio padre.
🕐 Fue a las 12:49 del miércoles 21 de mayo cuando el pasado alcanzó al agresor.
En plena Unidad Habitacional Fovissste San Roque, sobre la calle Plutón esquina Privada Escorpión, agentes ministeriales capturaron al hombre acusado de violencia familiar. El caso no solo indignó a Puebla, sino que conmocionó a todo México. ¿Cómo un padre puede volverse la razón por la que un niño huye a otro estado?
👦 El testimonio que rompió el silencio
Después de que fue localizado en un hotel en Veracruz, Isaías confesó lo que muchos temían: no se había perdido, se había escapado. Su padre lo obligaba a vender gelatinas en el mercado y a trabajar en construcciones. Todo el dinero que ganaba le era arrebatado. Los golpes y maltratos eran parte de su rutina diaria.
Ya no podía más.
Sin saber muy bien cómo, tomó un camino que lo llevó hasta el hotel Bretón, donde encontró más cariño de parte de unos extraños que en su propio hogar. Allí, entre sábanas limpias y palabras amables, empezó a sanar lo que en casa solo se agravaba.
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👩👧👦 ¿Y la madre?
Fuentes cercanas al caso revelaron que la madre de Isaías habría abandonado el hogar al no soportar los constantes abusos del padre. Se especula que está intentando recuperar a sus hijos, pues además de Isaías, hay dos niñas pequeñas que quedaron bajo la custodia de José Manuel cuando ella se marchó.
Una tragedia familiar que va mucho más allá del titular, con heridas invisibles que aún duelen.
- Isaías, el “niño gelatinero”, fue localizado con vida tras un mes desaparecido.
- Reveló que escapó por los maltratos de su padre, quien lo obligaba a trabajar.
- El menor huyó a Veracruz, donde consiguió trabajo y refugio en un hotel.
- José Manuel N fue detenido en Puebla por el delito de violencia familiar.
- La madre de Isaías habría huido antes por los mismos abusos.
Los niños no deberían cargar con las deudas emocionales de los adultos.
Este caso nos obliga a mirar más allá de los rostros sonrientes de niños trabajadores: ¿cuántos de ellos esconden historias de abuso y explotación?
La pobreza no justifica la violencia. La supervivencia no debe ser la única opción. Es tiempo de abrir los ojos, denunciar y proteger.
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