Silencio tras los disparos: un hombre cae frente a su esposa en Ignacio Zaragoza
La noche del 15 de octubre, en una esquina cualquiera de la junta auxiliar Ignacio Zaragoza, la vida se detuvo de golpe. Frente a una papelería iluminada por los neones vacilantes, Roberto, de 33 años, esperaba junto a su esposa. La rutina, tan común como respirar, se quebró con la llegada de una camioneta Volkswagen Tiguan.
De aquel vehículo descendió Reynaldo Giovani N., portando algo más que su sombra. Las palabras que intercambiaron eran las sobras de un pleito ajeno, una discusión entre parejas que ahora cobraba dimensiones de tragedia. Reynaldo no buscaba diálogo. De entre sus ropas surgió un arma, y el sonido de los disparos desgarró el aire.
Roberto cayó. Su esposa, congelada en el momento, fue testigo de un instante que nunca podrá olvidar. Los testigos, dispersos por el miedo, llamaron al 911. Poco después llegaron paramédicos y policías, pero el daño ya estaba hecho. Roberto no tenía signos vitales.
Reynaldo huyó entonces, pero la justicia lo alcanzó semanas más tarde. El 23 de octubre, fue aprehendido y enfrentó a un juez. Este confirmó su responsabilidad por homicidio calificado, ordenando prisión preventiva mientras se dicta su sentencia.
La esquina, que antes albergaba simples charlas y pasos cotidianos, ahora guarda un eco perpetuo: un hombre cayó frente a su esposa, y el mundo continuó girando.