Puebla amanece con un nuevo rostro. El eco de los pasos resuena con una claridad inusual en el primer cuadro de la ciudad, donde la brisa matutina corre sin encontrar los tradicionales puestos de venta ambulante. La Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) ha desplegado un operativo especial para mantener despejadas las calles del Centro Histórico, evitando la instalación de vendedores informales que en días anteriores se apostaban en las arterias que convergen en el Corredor 5 de Mayo, principal acceso al corazón de la capital poblana.
🔒 Un cerrojo policial para la informalidad
Desde las primeras horas del día, la presencia de elementos de la Policía Municipal, en conjunto con personal de la Unidad de Normatividad y Regulación Comercial, ha sido notoria. Cada esquina, cada acceso, cada pasillo estratégico ha sido cubierto por los agentes, impidiendo que los comerciantes improvisen sus puestos.
La imagen de un zócalo despejado genera reacciones encontradas. Para algunos, el resguardo del Centro Histórico es un acierto, una acción necesaria para mantener el orden y la movilidad. Para otros, la ausencia de los vendedores ambulantes significa la pérdida de un sustento diario en una economía que no siempre ofrece alternativas.
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