El calvario de la madre de Javier Contreras: atropellado por transporte público y dejado en estado vegetativo
Puebla, Pue.
La vida de Francisco Javier Contreras Campos, de 22 años, dio un giro trágico la mañana del 9 de octubre de 2024. Un impacto devastador con una unidad del transporte público de Loma Bella lo dejó en estado vegetativo persistente, y desde entonces, su familia enfrenta un viacrucis de negligencia médica, deudas económicas y una justicia que parece no llegar.
Un accidente que marcó vidas
Eran las 6:00 a.m. cuando Javier, a bordo de su motocicleta, fue embestido en el cruce de las avenidas 25 Poniente y 16 de Septiembre. Se dirigía al centro histórico tras pasar la noche en casa de su madre en Santa Lucía.
El impacto le causó un traumatismo craneoencefálico severo. Su hermano Arturo relató que, pese a ser trasladado al Hospital Betania, la aseguradora tardó 72 horas en aparecer, creyendo que Javier ya había fallecido. Durante ese tiempo, su madre, Silvina Campos Ramírez, tuvo que pagar un depósito inicial de 45 mil pesos para salvarle la vida, una suma que aún no recupera.
La lucha contra el sistema de salud y la aseguradora
Silvina denunció la falta de empatía de las instituciones médicas y las inconsistencias de la aseguradora Banorte. Aunque contaban con una póliza de 5 millones de pesos, la familia asegura que los representantes buscaron evadir responsabilidades. Incluso sugirieron trasladar a Javier a un hospital más económico, pero luego se retractaron.
La madre lamenta que el sistema médico público haya agravado la situación. Desde neumonías por bacterias hospitalarias hasta negligencias como una mala aspiración de flemas, Silvina asegura que su hijo ha sido víctima de un trato indigno.
Una familia en pausa, un futuro incierto
La familia enfrenta desafíos constantes. Por un tecnicismo, la póliza de riesgo laboral quedó anulada, lo que impide a la esposa de Javier, Gloria, cobrar una incapacidad que ayude a mantener a sus hijos, Alex Javier, de 2 años, y Franco Santiago, de apenas 8 meses.
Silvina trabaja para cubrir los costos de la fórmula alimenticia que su hijo necesita, ya que el IMSS solo les proporciona dos unidades semanales cuando requieren siete. Mientras tanto, Gloria se dedica al cuidado completo de Javier en casa.
La voz de una madre rota
“Nosotros detenemos nuestras vidas mientras la aseguradora gana dinero y el chofer sigue con su vida normal. Solo quiero que respeten a mi hijo y le den el trato que merece”, expresó Silvina entre lágrimas.
Con información de El Sol de Puebla