A los padres del menor se les ha brindado apoyo psicológico, económico y jurídico por parte de una célula multidisciplinaria
El cuerpo del bebé de tres meses que fue encontrado en el penal de San Miguel no fue ocupado para distribuir droga dentro del Cereso, sino que fue sustraído para realizar prácticas de brujería o santería, pues según trabajadores del panteón de donde fue desenterrado el cuerpo del menor de edad, tienen conocimiento que para eso se utilizan los restos humanos.
Algunos trabajadores del panteón San Lorenzo en Iztapalapa en la Ciudad de México, lugar de donde extrajeron el cuerpo del recién nacido encontrado en el penal de San Miguel en Puebla, denunciaron que en ese sitio es recurrente la exhumación y robo de cuerpos, debido a que varios puntos de la barda perimetral del cementerio se encuentran destruidos.
Así como ocurrió con la noticia del cuerpo del bebé encontrado en un penal de Puebla, también otros cuerpos han sido sacados de sus tumbas por personas ajenas al cementerio, ya que es muy sencillo brincarse la barda y robar restos humanos.
Por el momento no se han logrado grandes avances en la investigación al descartarse la suposición de que el niño haya sido ocupado para ingresar drogas a la penitenciaría, pues la cicatriz que tenía resultó de una cirugía por un mal intestinal que padecía y que provocó su muerte. Una de las líneas de investigación más sólidas de los agentes, de acuerdo con El Universal, es que presuntamente el cuerpo del bebé fue hurtado para prácticas de brujería o santería.
Asimismo, esta suposición ha trascendido ya que la persona que encontró al bebé al interior del penal está recluida por el delito de robo con violencia, además de que dentro de la cárcel se le ha visto realizando prácticas de brujería.
Por otro lado, el trabajo colaborativo de las Fiscalías de la Ciudad de México y Puebla han arrojado otras teorías, pues consideran que detrás de la exhumación del cuerpo del recién nacido muy probablemente estén organizaciones delictivas.
Asimismo, a los padres del bebé se les ha brindado apoyo psicológico, económico y jurídico por parte de una célula multidisciplinaria venida desde la Ciudad de México de la Coordinación General de Investigación de Delitos de Género y Atención a Víctimas, integrada por una trabajadora social, una psicóloga clínica y un asesor jurídico.
Por el lado del estado, la célula del Centro de Apoyo Sociojurídico a Víctimas de Delito Violento (ADEVI) también brindó apoyo a los familiares del bebé, haciéndose cargo de los gastos de transporte y funerarios que se requieran.
Con información de Diario Cambio